Hay proyectos que nacen ganadores desde el principio. Este fue el caso de la hacienda Malhadinha, que nació triunfadora, guiada por la pasión, la dedicación y el extremo buen gusto de la familia Soares. Comenzó como un lugar sin vides donde João Soares y su hermano iban de caza, para dar lugar a una de las fincas más bellas del Alentejo, y probablemente la mejor Casa de Campo portuguesa. Un paraíso idílico para los amantes de la llanura alentejana. Estos vinos desconciertan por su frescura, a pesar de haber nacido en Albernôa, una zona muy calurosa, cercana a Beja, donde se encuentra la finca Malhadinha. Esta frescura los convierte en vinos extremadamente apetecibles, haciendo que su fruta sea muy fresca y deliciosa. Un "must have" o "bebida obligada".